El Gran Acuerdo, la unión social de esfuerzos para la paz duradera en Culiacán

El Gran Acuerdo, la unión social de esfuerzos para la paz duradera en Culiacán

 

El Gran Acuerdo de Paz Culiacán. Este modelo convoca a la suma de liderazgos y a la participación activa de las y los ciudadanos en una agenda común para soluciones a largo plazo.

 

Todas y todos los ciudadanos aspiran a un entorno pacífico, libre de violencia. Algunos realizan esfuerzos desde su trinchera y otros más actúan de manera neutral, es decir, no forman parte del grupo que genera, promueve o enaltece actitudes violentas o delictivas, pero tampoco colabora en la construcción de una sociedad pacífica. Un cambio de paradigma requiere la participación activa de todos y todas, señala Othón Herrera y Cairo Yarahuán, director de Construyendo Paz.

 

El Gran Acuerdo, presentado recientemente por esta organización, es un modelo diseñado durante un año y medio de trabajo. Surgió a partir de encuentros realizados por parte de la sociedad civil organizada que buscaba soluciones a largo plazo ante eventos violentos como los llamados “culiacanazos”.

 

Herrera y Cairo explica que durante ese periodo, miembros de la sociedad civil se acercaron a Construyendo Paz, a través de su coordinador, Javier Llausás, a fin de discutir soluciones a estos eventos que paralizaban a la capital del estado. Así surgió este proyecto que representa una convocatoria social para la unión de esfuerzos en una agenda común.

 

La unión social no excluye a las autoridades, al contrario, implica acciones concretas desde el gobierno para alcanzar los estándares de paz deseados.

 

El Gran Acuerdo fue diseñado con base en los Ocho Pilares de Paz Positiva, factores que permiten mayor resiliencia, adaptación al cambio y enfoques más claros. Se convoca a asociaciones civiles, Instituciones de Asistencia Privada, los colegios de profesionistas, clubes Rotario, Club de Leones, instituciones de educación, filántropos, deportistas, artistas; a todas y todos los liderazgos sociales para trabajar de manera conjunta en la construcción de paz. 

 

gran acuerdo de paz culiacán

 

Una solución a largo plazo

Este modelo representa una solución a largo plazo. Su objetivo principal, indica Herrera y Cairo, es el de formar en cultura de paz a todas y todos los niños de entre 9 y 15 años, al tratarse del rango de edad en el que las conductas de agresión y las conductas antisociales se van formando. 

 

“Cuando ya está sembrada la semilla, tal vez de la violencia y la agresión, es cuando los toman los que construyen violencia y los que generan violencia y es difícil trabajar con ellos. Si estos niños, jóvenes o adultos hubieran tenido una conciencia plena de los problemas cuando tenían 9, 10, 12 ó 14 años, a lo mejor no los estaríamos atendiendo en algún programa de reinserción social”. 

 

“Lo mismo sucede con la violencia. Tenemos que buscar que esa generación que entrará a primaria alta el próximo año a ‘inducirla’ en cultura de paz para que, en el futuro, a los 18 años, sea un estándar de ciudadanos constructores de paz”.

 

Capacitar a niñas, niños, adolescentes y jóvenes en una cultura de paz implica, además, capacitar a su entorno escolar, familiar y comunitario, indica el director de Construyendo Paz. Por ello, la estrategia de este Gran Acuerdo consiste en proteger a las y los niños fomentando la cultura de paz, no solo en ellos, sino también en quienes conviven con ellos diariamente.

 

La unión es la solución

Por lo anterior, el proyecto es ambicioso. Implica la creación de una red integrada por los diferentes actores de la sociedad civil, quienes se unen por un mismo objetivo y una agenda común para la cooperación mutua, lo que puede generar dividendos más altos que si las personas trabajaran de manera separada. 

 

“Eso no lo hemos entendido como sociedad. Al fin de cuentas, la recompensa es más fácil obtenerla de manera conjunta. Es más rica, nutrida cuando la trabajamos de manera conjunta”.

 

Herrera y Cairo ejemplifica que con la unión de liderazgos es posible lanzar convocatorias en las que los niños y niñas participen en actividades de construcción de paz y sean incentivados a través de becas, computadoras o incluso internet, hasta la construcción o reparación de baños en sus escuelas, y con ello despertar también el interés de las y los directores de los planteles de educación pública para sumarse al llamado. 

 

Otro ejemplo es el de buscar los más altos estándares para los espacios públicos de Culiacán y el estado en general.

 

“Podemos pensar en parques con áreas infantiles, fácil acceso para adultos mayores, acceso a internet; generar las condiciones de un alto estándar en espacios públicos y escuelas. Hay mucho qué revertir. La idea es que tendremos a algunos socios del Acuerdo que podrán patrocinar el baño de la escuela, a lo mejor no solo uno de ellos, dos o tres. Estamos haciendo ese catálogo de posibilidades, que será gran parte del proceso de inicio del Gran Acuerdo hasta que se consolide”. 

 

 

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Es hoy

El director de Construyendo Paz indica que el objetivo es que Culiacán sea una de las ciudades más pacíficas del país, y Sinaloa, uno de los estados más pacíficos de la República Mexicana, pero es importante comenzar a trabajar en un cambio cultural desde hoy, atendiendo las consecuencias de la violencia, no las causas.

 

Hasta el 10 de octubre, el Gran Acuerdo ha recibido 206 solicitudes. Las y los interesados participan en una reunión de inducción en la que se explica a detalle los qué y cómo del proyecto y los grandes objetivos, así como datos y cifras que evidencian que es posible alcanzar la paz duradera a través de la unión.

 

Actualmente se encuentran en la agenda: Coparmex, Canirac, Codesin y la AARC; y se realizan reuniones con Ejecutivos de Venta y Mercadotecnia, la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE), así como asociaciones religiosas. 

 

Al sumarse las y los líderes de las organizaciones, se presenta el Gran Acuerdo a las y los socios y colaboradores. Posteriormente surgen propuestas para sumarse con diversas acciones, incluso de socialización de este proyecto. Un ejemplo es la campaña que realiza el restaurante “El Palomar de los Pobres”, que difunde a sus comensales información sobre el proyecto y el código QR para invitarlos a sumarse.

 

La Paz Estructural

La Paz Negativa es la ausencia de violencia, pero para que ésta se haga presente, es necesario construir la Paz Positiva, señala el Instituto para la Economía y la Paz. Se trata de la Paz Estructural, a la que define como todas aquellas actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen sociedades pacíficas. Además de la paz, esos factores conducen también a resultados deseables en el ámbito socioeconómico.

 

Sin embargo, conformar Paz Positiva no será posible sin un plan de trabajo que priorice la construcción, promoción y desarrollo de la Cultura de la Paz, lo que requiere el compromiso pleno, activo de la sociedad civil, promoviendo el diálogo y la solución de los conflictos a través del entendimiento y cooperación.

 

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