Madres, hermanas, esposas suman décadas de buscar a sus desaparecidos en Sinaloa

Madres, hermanas, esposas suman décadas de buscar a sus desaparecidos en Sinaloa

 

 

Madres, hermanas, esposas suman décadas de buscar a sus desaparecidos en Sinaloa. “Pasa un día, otro día y otro, y yo sigo buscando a mi hijo”. Alfredo desapareció hace 13 años; Candelaria lo busca, aún sin una sola pista de su paradero.

María Candelaria Reyes regresaba del trabajo. Apenas vio la entrada de su casa supo que algo estaba mal. Su hijo mayor, Alfredo Reyes, de 30 años, no la esperaba sentado afuera, como era costumbre. La puerta principal estaba cerrada. Entró, y aunque todo era calma, algo en el ambiente le advertía que algo pasaba con su hijo. Salió a la calle, preguntó a las y los vecinos, pero nadie supo nada. 

 

Como ese 15 de septiembre de hace casi 14 años, Doña Cande sigue buscándolo, pidiendo información y solicitando la ayuda a las autoridades. 

 

“Anduve buscándolo por todas partes: Cruz Roja, en la Municipal, en ninguna parte apareció. Pasa un día, otro día, otro día y otro día, y sigo buscándolo. Desde entonces todo ha sido muy desesperante”, comenta.

 

Dos meses más tarde desapareció su otro hijo, de entonces 27 años, quien trabajaba en una empresa de distribución, tenía un hijo pequeño y dedicaba los domingos a jugar futbol con sus amigos de la colonia. A diferencia de Alfredo, esta vez recibió noticias del paradero el mismo día, cuando encontraron su cuerpo sin vida.

 

 

buscar desaparecidos en Sinaloa

 

“En la policía quieren que yo les dé información sobre Alfredo, pero una no es investigadora para llevarles información, esa la tienen que dar ellos, no yo; tampoco sé por dónde buscar, con quién. En el caso de mi otro hijo me informaron que la carpeta ya se cerró. Menos me dicen qué pasó”. 

 

Desde la desaparición de Alfredo, Candelaria se integró al colectivo “Uniendo Corazones”, integrado por mujeres que, como ella, buscan a algún familiar en diversos parajes de Culiacán, y que, como en su caso, no encuentran respuestas por parte de la autoridad.

 

“Siempre acudo a las búsquedas. A veces sí digo que me daré por vencida, pero tengo a mi nieto y él es el que me levanta cuando ya me siento decaída. Va a la casa y me dice: ‘mamá Cande, ya, no estés triste’; a veces sí caigo y no quiero ni levantarme y se queda ahí conmigo dos o tres días. Me dice: ‘mamá Cande tienes que levantarte, tú siempre has sido fuerte, no puedes caerte’”, narra.

 

 

Acompañamiento ciudadano a madres buscadoras

 

12 años de preguntas

Antonia Valenzuela también integra el colectivo Uniendo Corazones. Se sumó en junio de 2012, cuando policías ministeriales se llevaron a su hijo de 20 años de la empresa en la que trabajaba. 

 

A ese establecimiento llegaron seis patrullas con agentes al mando del comandante Jesús Carrasco, quien falleció en 2018 luego de un ataque por parte de un grupo armado. Los policías indicaron al vigilante de la empresa que solo harían unas preguntas al trabajador, sin embargo, se lo llevaron.

 

“Había cámaras. Cuando íbamos a la Ministerial pedíamos que nos enseñaran las grabaciones, pero fue hasta un mes después que nos enseñaron los videos; le borraron evidencia. Solo se veía de aquí (torso) para abajo (de los policías). Eran seis patrullas, pero no se vio cuando salió (su hijo) con el comandante. Se ve que un policía llegó al lugar y se llevó su carro. El carro también sigue desaparecido”.

 

Candelaria y Antonia acuden a las búsquedas en diversos predios de Culiacán y al área de revisión de expedientes de la Fiscalía General del Estado (FGE). Hasta el momento no han recibido avances en las búsquedas de sus hijos.

 

“A todas nos dicen lo mismo: ‘Estamos investigando’. Siempre nos dicen lo mismo”, insiste.

 

buscar desaparecidos en Sinaloa

 

Propuestas ciudadanas para la construcción de paz en Sinaloa

Hace 47 años del primer colectivo de búsqueda

Cada vez existen más colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en el país, más de 200 y al menos 116 mil familias que buscan por sus propios medios un cuerpo para enfrentar el duelo. En los años 70 surgió en Sinaloa uno de los primeros grupos que se organizaron para exigir información sobre el paradero de presos políticos. Esa misma década surgió un nuevo grupo, integrado por cinco mujeres “Esposas y familiares de agentes de seguridad detenidos y desaparecidos por Militares en 1977”.

 

Entre esas familiares se encuentra Martha Beatriz Vega, quien desde ese año busca a su esposo y padre del hijo que esperaba entonces, Jesús Cutberto Martínez. Él desapareció mientras custodiaba al entonces gobernador Alfonso Calderón Velarde, y al ser retenidos por el Ejército Mexicano.

 

“Sigo aquí, sin perder la esperanza porque pienso: si han encontrado fósiles de miles de años, por qué no han de encontrar los restos de mi esposo”.

 

Con casi cinco décadas de búsqueda de su esposo y el acompañamiento a un gran número de colectivos, Martha enfatiza que nunca se llega a la justicia. Las desapariciones, indica, incrementan día a día y no así el número de investigadores y ministerio públicos capacitados.

 

“Hay 70 investigadores, cada uno con 300 carpetas de investigación. No alcanza un día para revisar una sola”.

 

 

¿Qué es la violencia directa y cómo se manifiesta?

 

“Las fosas, abran las fosas”

Hace 15 años que desapareció Miguel Ángel Rojo Medina en la comunidad de Pueblos Unidos, en Culiacán. Su hermana, Alma Rosa, prometió a su madre no parar hasta encontrarlo. 

 

Esa promesa llevó a Alma Rosa a fundar el colectivo Voces Unidas por la Vida, que al poco tiempo arropó a decenas de mujeres que también buscaban a un familiar. Aprendió técnicas forenses para la búsqueda de cuerpos y a qué áreas del gobierno dirigirse para exigir avances en las investigaciones. 

 

Cierto día, ella y su grupo encontraron un cuerpo en avanzado estado de descomposición, solicitó a las autoridades que se hicieran las pruebas de ADN necesarias para determinar si se trataba de su hermano. Transcurrieron meses de insistir en los avances, transcurrió más de un año y no obtuvo respuesta, tampoco evidencia de la realización del examen. 

 

buscar desaparecidos en Sinaloa

 

Exigió nuevas tomas de muestras, pero las autoridades a cargo desconocían el paradero de ese cuerpo. Le mostraron al menos cinco en la fosa común del Panteón 21 de marzo, pero nadie sabe dónde está ese cuerpo que podría ser de su hermano.

 

Hasta el 2022, La FGE cuenta con un registro de 1 mil 313 cuerpos en fosas comunes de 15 panteones; al menos 7 centenares de cuerpos en el SEMEFO, y poco más de 200 cadáveres en morgues de funerarias privadas.

 

“Mi mayor inquietud, mi mayor esperanza, y yo creo que, de todas nosotras, está en la fosa común. Abran las fosas, que las abran. Tenemos una certeza de que encontraremos muchos cuerpos porque el mismo gobierno ya los reconoció. El mismo gobierno ya reconoció que encontraremos muchos cuerpos ahí”, expresa Alma Rosa Rojo.

 

En México hay al menos 114 mil 069 personas, cuyo paradero es desconocido, de ellas 5 mil 584 corresponden a Sinaloa, principalmente de los municipios de Culiacán, Mazatlán Ahome, Guasave y Navolato, señala el Informe Nacional de Personas Desaparecidas 2024.