Docentes y psicólogos reciben capacitación en integridad compasiva
Trabajadores de la educación, a través de SEPyC y trabajadores de la salud emocional en el Penal de Aguaruto, reciben entrenamiento que ofrece herramientas para la convivencia pacífica y con empatía
Una forma de ver al otro como tu común, de humanizar a quienes nos rodean; de eso se trata el Entrenamiento en Integridad Compasiva (CIT por sus siglas en inglés) que esta organización llevó recientemente a docentes de escuelas de educación básica, así como a psicólogos y trabajadores y trabajadoras sociales en el Centro Penitenciario de Aguaruto.
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Vertiente escolarizada y no escolarizada
Cristabel Zamora, coordinadora del Programa Educación para la Paz de esta organización, explica que este entrenamiento se realiza con el Programa de Educación para la Paz a través de dos vertientes: la escolarizada y la no escolarizada.
En instituciones escolarizadas, el entrenamiento se ha llevado a cerca de 100 trabajadores de la educación en dos generaciones a través de la Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC), con quienes se contempla una estrategia en todo el estado que permita desarrollar actividades en pro de la construcción de paz y el mejoramiento de la convivencia escolar.
“Construyendo Espacios para la Paz busca Permear en la cultura institucional, una dinámica más solidaria, empática, humanista; que las y los docentes encuentren los caminos para acercarse a sus alumnos y estos sean factores de atención temprana y primaria de problemas psicoemocionales presentes diariamente y de manera severa en las infancias y adolescencias. Creemos que el sector educativo es un terreno muy fértil para esto. Los niños pasan una gran cantidad de tiempo en las escuelas”, comenta.
Se capacitan en Centro Penitenciario
Respecto a las instituciones no escolarizadas, recientemente se clausuró también el entrenamiento a 26 psicólogos y trabajadores sociales del Centro Penitenciario de Aguaruto, en Culiacán.
Sinaloa dando pasos hacia la resiliencia
“Hay una diversidad de la población con una necesidad de darse una segunda oportunidad de desarrollar esas aptitudes prosociales. En el mejor de los casos, eventualmente se encuentran en un proceso donde están purgando una pena y darles esta posibilidad de abonar a su proceso de reinserción para que el día de mañana, cuando ellos salgan con ese fortalecimiento que necesitan, lo hagan fortalecidos para una reincorporación a una dinámica social normal, que sea más llevadera”, indica.
Una estrategia de educar en la paz, añade Zamora, puede brindar conocimientos y ayudar a poner en práctica habilidades que permitan el desarrollo de valores para conocernos mejor a nosotros mismos y entender la humanidad común que tenemos con quienes nos rodean.
La herramienta CIT
El Entrenamiento en Integridad Compasiva es multidimensional y se basa en el estudio de la psicología positiva, la neurociencia, que aborda el estudio de la paz, el conflicto, el trauma y de ciencias contemplativas a través de 10 sesiones en las que orienta para regresar a la zona de resiliencia, manteniendo las emociones en una ruta estable.
Sesiones divididas en 3 módulos:
- Autoconocimiento
- Conocimiento de los demás
- Encontrar humanidad común, y aprender cómo se integran los sistemas en nuestro entorno social.
“Se trata de capacidades socioemocionales para el florecimiento individual que impactará en tu florecimiento en el entorno en el que la persona se desenvuelve”, comenta Cristabel Zamora.
Jóvenes llaman a hacerse escuchar por la paz
¿Cómo lo han recibido las y los participantes?
En ambos casos, docentes del sistema educativo, y trabajadores de la salud mental y emocional en el Centro Penitenciario, han recibido el entrenamiento con un poco de escepticismo al principio, indica la coordinadora del Programa Educación para la Paz.
“La gente cree a veces que venimos a ofrecerles un remedio infalible, una fórmula mágica para solucionar deficiencias o problemas en el ejercicio de su trabajo, pero esto no se trata de eso. Nosotros ofrecemos herramientas que sirven para la vida, pero solo si verdaderamente quieren aplicarlas en su área de trabajo para desarrollarse de una mejor manera, desde un espacio más reflexivo, más sensible, empático, donde encuentren esa forma de ver al otro como tu común y encuentren esa humanidad en el de enfrente, pues será mucho más llevadero el proceso”.
“En ambos ambientes se trabaja con personas, la diferencia es que en un ambiente escolarizado se trabaja con niños y niñas y, en el otro ambiente, con personas que revisten problemas de carácter emocional de personas cautivas, que han sido atravesadas por la violencia”, indica.
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