¿Se puede transitar del amor romántico al amor real?

¿Se puede transitar del amor romántico al amor real? Convocadas por Mujeres de Paz, expertas hablan a cerca de las características del amor en pareja y cómo ha evolucionado o se ha deconstruido el amor idealizado.

El amor romántico, el que imperaba hasta hace algunos años, es tóxico. Actualmente las relaciones de pareja transitan hacia una etapa diferente a la de la idealización, coinciden Graciela Cueto Serrano, maestra en Desarrollo Humano, y Niria Dahali Espinoza Flores, jefa del Departamento de Atención, Asesoría y Consulta de CEPAVIF.

Lo anterior, durante su participación en el programa de radio Mujeres de Paz, que conduce Rosy Jacobo, en el que abordaron el tema “Del amor romántico al amor real”. La mesa de análisis concluye que el término de moda “relación tóxica” aplica al amor romántico, porque idealiza a la otra persona, incluso, ambas partes difícilmente sostendrían por mucho tiempo la mejor versión de sí mismos, tendrían que mostrar su verdadera forma de ser, “sus sombras” y es cuando muchas parejas terminan el vínculo, pues desaparecen las características del enamoramiento que caracterizaban a la relación.

El amor romántico

Niria Espinoza indica que nadie escapa de esa socialización, pues existen cuentos, las obras de Shakespeare, telenovelas, películas, incluso canciones que llaman al amor romántico, pero en el que existe siempre un dominante y un dominado.

“Pensamos que está bien o que es normal que nos aplasten y que nos duela porque, al final, tenemos una compañía. Nos venden la idea del amor romántico y que hay que aguantar”, indica.

Sin embargo, añade, autores como Peter Johnson señalan que dentro del amor romántico realmente lo que existe es una proyección en la otra persona. “Cuando amamos románticamente vemos una prolongación de nosotros mismos en la pareja, siempre vemos el potencial, no a la persona. Queremos que el otro o la otra sea como queremos y nos complazca como queremos, pero cuando uno ama verdaderamente, lo haces con sus sombras también. Hemos proyectado nuestro egoísmo en la pareja. Son esas relaciones que llegan a ser violentas”, advierte.

Otras características del amor romántico, señala, es que es heterosexual, por tal razón segrega, divide. La mujer debe ser sensible, sutil, sacrificada, pensando siempre en los demás, antes que en sí misma. El hombre: proveedor, fuerte, protector; el príncipe azul. “Caber en estos esquemas no se puede”.

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¿Y el amor real?

Graciela Cueto Serrano indica que aún en su generación, en la de su madre y abuelas, basaban las uniones de parejas en el amor romántico. Actualmente hay cada vez menos cabida. “Si no has trabajado en ti misma o en ti mismo, si tu autoestima no está lo suficientemente fuerte, es difícil que des el salto a un amor real.

Tenemos que trabajar eso en nuestras infancias, en sus emociones. Sabemos qué es el amor romántico, teniendo cimientos en amor propio y autoestima, podemos estar conscientes de que estamos viviendo un amor que no nos conviene”, expresa. La edad, añade, no ofrece madurez en cuando a relaciones de pareja, por ello
actualmente existe un gran número de personas adultas luchando por el amor romántico, enganchados a esa idealización.

“En Tinder no son los más chiquitos buscando una relación romántica. Creemos que ahora los jóvenes tienen más claro cuando una relación es tóxica”, comenta Niria.

¿Cómo darnos cuenta de que un amor romántico puede ser real?

Para Graciela Cueto, es el amor el que madura y por ello va perdiendo algunas características, por ejemplo, la frecuencia en que se tienen relaciones sexuales, o incluso las atenciones con la pareja. “Tenemos que trabajar en relaciones en la que podamos ser amigos, hablar de todo, saber y sentir que somos aceptados”.

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Primero: conocernos a nosotros mismos

Niria indica la importancia en el cuidado mutuo, más allá de sentir mariposas en el estómago, la pareja debe saber escuchar y hacerse escuchar, practicar la confianza y la comunicación. Sin embargo, lo primero es aplicar esto con uno mismo. “El amor real implica confiar el uno en el otro, pero para eso debe haber conocimiento y autoconocimiento; es decir trabajar cada uno por nuestro lado en nuestro autoconocimiento y después encontrar la forma de compartirnos”.

El amor real, es una cooperación, una unión entre dos personas, de manera sana, en la que existan los equilibrios.

“No somos posesiones, somos personas que podremos apoyarnos mutuamente. Es un constructo social, pero tenemos que ampliar ese amor real y hablar de uniones, y no solamente heterosexuales”.

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