“Me cansé de ser parte del problema y quise ser parte de la solución”

“Me cansé de ser parte del problema y quise ser parte de la solución”

Jhonnhy Quintero: docente, psicólogo y pacifista mochitense; ha participado en la Semana Internacional por la Paz desde que esta era solo un esfuerzo local; explica que, a partir de observar simultáneamente perfiles en penitenciarías y ver la situación de alumnos preescolares y de primaria, encontró algo que marca: las infancias que crecen solas  

 

Juan de Dios Quintero Gastélum, mejor conocido como Jhonnhy Quintero, es originario de Los Mochis; año con año participa en la Semana Internacional por La Paz, desde que esta era solo un esfuerzo local. Conoce su historia.

 

Motivado por su gusto por el deporte, el mochitense se formó profesionalmente como entrenador físico y deportivo. Posteriormente encontró algo en la docencia y realizó una nivelación pedagógica. Un proyecto lo llevó a alternar ambas facetas en lugares contrastantes: el antes llamado Cereso de Ahome, en un jardín de niños y en una primaria.

“Al tener contacto con personas privadas de la libertad y con niños de primaria y de preescolar, me di cuenta de que algo no estamos haciendo bien en casa”, expone.

Fue hace aproximadamente 20 años. En el Cereso era coordinador deportivo. Impartía las disciplinas ahí permitidas: beisbol, futbol, fitness, frontón a mano; mientras que en el kínder y en la primaria era el maestro de educación física.

 

Autoayuda en el penal

Durante su trabajo en el centro penitenciario, Jhonnhy Quintero incorporó la psicología deportiva con grupos de autoayuda con las diferentes selecciones representativas del penal. 

Las historias que surgían eran impactantes, tanto de hombres, como de mujeres internas. Sin embargo, la que más despertaría su interés fue la de un asaltante bancario arrepentido.

“Esa historia me impactó. Él dijo: ‘yo no me eché a perder en las calles, ni en la escuela, o en la cancha, en los estadios, me eché a perder en mi casa. No me pusieron reglas, no había consecuencias. Hacía lo que yo quería, comía lo que yo quería, porque mis papás trabajaban de ocho a diez horas diarias”, recuerda. 

De pronto, observaba a hombres y mujeres privados de la libertad pagando por diversos delitos. Se trataba de abuelos, papás, tíos, primos, hermanos de alguien y decidió estrategias de prevención desde su otra trinchera: la docencia.

 

“Dije, ‘tengo que hacer algo en la escuela”

 

Johny Quintero - Semana Internacional de la Paz

 

Nace Escuela para Padres

Inició el proyecto Escuela para Padres, que posteriormente elevaría a algunas secundarias y preparatorias. La intención era informar a las mamás, los papás  y a los tutores, y darles herramientas. 

Su sorpresa fue que, en planteles con matrículas de mil 800 alumnos, con casos de depresión juvenil, adicciones, bajas calificaciones, y/o deserción escolar, solo arribaban entre 25 y 30 papás o mamás.

“Al investigar por qué no van, me encontraba, no tanto con el desinterés, sino que no asisten porque tienen que trabajar, y si fallan, les descuentan el salario”, describe. 

“Vi un campo de oportunidad. Pensé: ¿Cómo le hago?, entonces estudié Psicología Empresarial con la idea de ofrecer un beneficio a las empresas, pero al mismo tiempo encontrar al padre o madre de familia que está ausente en la escuela”. 

Aunque lo anterior parecía revelador, para el mismo Jhonnhy era un escenario conocido, pues fue un niño que creció dentro de una familia, aunque con padres ausentes debido al trabajo de ambos.

“Me faltó amor. Un padre, una mamá ocupados, sin que a ellos les enseñaran cómo, nos sacaron adelante, pero todo eso ocasionó serios problemas en mí, en mi juventud”, comparte. 

“Me casé justo el día que cumplí 18 años. Andaba errante por la vida. Se me dificultaba estudiar, se me dificultaba aprender, memorizar; un examen me generaba una ansiedad terrible y el maestro no me entendía. Por ello también me dediqué a ser un maestro empático. En la vida no se te olvidan los maestros buenos y los malos, los dos marcan para siempre; tú decides cuáles resultados quieres en tu vida”.

Quintero decidió dar resultados con estrategias de prevención, no desde un escritorio o desde una junta de oficina, sin contacto con la gente. Salió a las calles, a los centros de rehabilitación, a las cárceles, a empresas, a reuniones vecinales. 

“Estamos sumergidos en una cultura que nos han impuesto y hemos aceptado. Al sinaloense, por ejemplo, que sale del estado, le preguntan si es narcotraficante; esa cultura es la que tenemos que cambiar, y somos nosotros quienes tenemos que hacerlo. Tenemos derecho a formar esa identidad que es la que necesitamos”.

 

Johny Quintero - Semana Internacional de la Paz

 

 

¿Por qué decides además ser pacifista?

 

Me cansé de ser un derrotado, de ser un perdedor, de ser parte del problema. Me cansé de estar en el anonimato, preso de mis decisiones erróneas; pensando que, a través del coraje y la ira iba a poder cambiar el mundo. Decidí dejar de ser parte de un problema, y convertirme en parte de la solución. Decidí ver la vida a través del ojo correcto, que es el de la empatía, el del amor. Comenta Johnny.

Es un logro, destaca Jhonnhy, que ambos, padre y madre puedan trabajar en la actualidad, sin embargo, considera necesario que exista un equilibrio. Así surgió la tarea de reeducar, lo que ha generado diversos frutos y satisfacciones al mochitense. 

“Si hiciéramos nuestro trabajo bien en casa, y también el trabajo del docente; las personas no llegarían a lugares como esos. No los justifico ni meto las manos al fuego, pero creo que, derivado de falta de atención y educación, tanto en casa, como en escuelas de la forma correcta, se han cometido varios errores”, señala. 

Entre los frutos que recoge de su trabajo, destaca el más reciente, ocurrido apenas minutos antes de esta entrevista: un empresario que tomó un curso de inducción de Escuela para Padres en el plantel al que asiste su hijo, le pidió que trasladara la charla con sus colaboradores.

“Le gustó la manera de entregar el mensaje, hubo empatía y nace en él la idea de que sus trabajadores en su empresa escuchen el mensaje, porque sus colaboradores no van a juntas para padres”, cuenta. 

El beneficio, añade, es integral, pues habla de alcanzar metas, trabajo en equipo y compromiso colaborativo; pero al mismo tiempo habla con los padres de familia, lo que representa sembrar una semilla.

La formación de Jhonnhy no ha concluido. Estudió además una Licenciatura en Derecho, en la Universidad Autónoma Indígena; ha tomado diversos cursos, diplomados y certificaciones, pues cada generación es distinta y es necesaria la actualización.

 

“Como estrategas en temas de pacificación, tenemos que estar instruyéndonos y estudiando continuamente”.

 

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