La brecha digital de género es una realidad; conoce los tres niveles de desigualdad

La brecha digital de género es una realidad; conoce los tres niveles de desigualdad

Esta es una de las consecuencias de la desigualdad de género en el mundo y escala en cuanto a acceso, uso y la calidad del uso de las Tecnologías de la Información y la Educación (TIC).

 

En la actualidad hay personas que carecen de acceso a las Tecnologías de la Información y la Educación (TIC), desigualdad que se presenta en tres niveles. Se trata de la brecha digital, que aún afecta a una gran cantidad de personas, principalmente en países de América Latina, cuando se trata del uso de internet desde cualquier punto de acceso (hogar, trabajo, establecimientos educativos, centros comunitarios). En los lugares en los que ocurre, el porcentaje de afectación es mayor en las mujeres.

 

El Instituto Nacional de Estadística (INE) define la brecha digital de género como “la diferencia del porcentaje de hombres y el porcentaje de mujeres en el uso de indicadores TIC (uso de Internet en los últimos tres meses, uso frecuente de Internet, compras por Internet) expresada en puntos porcentuales”.

 

Básicamente la brecha digital de género es una de las consecuencias de la desigualdad de género en el mundo. Esta persiste en relación al acceso, uso y tipo de uso de estas tecnologías. En muchas partes del mundo, las mujeres tienen un acceso más limitado a las TIC debido a barreras económicas, sociales y culturales. 

 

 

Los tipos de brecha digital de género

Incluso, cuando las mujeres acceden a las TIC, es común que enfrenten discriminación y estereotipos que obstaculicen su participación plena y equitativa, con una participación desproporcionadamente baja en campos como la programación, la ingeniería de software y otras disciplinas relacionadas con la tecnología. 

 

Esto limita las oportunidades de desarrollo profesional de las mujeres, y contribuye a la falta de diversidad en la industria tecnológica. De manera que existen tres niveles de brecha digital de género.

 

 

Primera Brecha Digital de género: el acceso

la brecha de género digital en el acceso a las TIC es casi inexistente en los países más desarrollados, todavía está muy presente en otras regiones del mundo donde el acceso a Internet y las nuevas tecnologías resulta más complejo por la falta de medios económicos y de conocimientos, lo que incide mucho más en las mujeres.

 

 

Segunda brecha digital de género: Uso

Actualmente las nuevas tecnologías forman parte de nuestro día a día y resultan necesarias para desempeñar ciertas tareas, y para evitar una exclusión en diferentes ámbitos. Por ello, contar con las habilidades y capacitación para usar las TIC es fundamental para evitar un rezago a partir del cual puedan experimentarse otras desigualdades, principalmente en el ámbito laboral.

 

 

Tercera brecha digital de género: Calidad de uso

Está relacionada con la calidad del uso de las TIC. En esta tercera brecha, es posible el acceso y las habilidades para el uso cotidiano de las nuevas tecnologías, pero no existe la capacitación para sacarles todo el provecho o para buscar un desarrollo profesional en ellas. Este último aspecto en el más evidente de la brecha digital de género. Las mujeres solo representan un 13% del personal en las TIC en todo el mundo.

 

Esta última brecha digital de género se relaciona con los roles de género y los estereotipos que la sociedad tiene en torno a hombres y mujeres y qué profesiones deben desarrollar cada uno, y que generalmente provoca que, desde pequeñas, las mujeres se alejen de carreras tecnológicas por la falta de referentes femeninos en estas profesiones o la invisibilización que han sufrido aquellas mujeres que se dedican a esas áreas.

 

¿Qué hacer?

Superar la brecha digital de género es de gran importancia, pues representa mayores oportunidades laborales y sociales de las mujeres. Una de las metas del quinto objetivo de la Agenda 2030, es “lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”. 

 

Ese Objetivo de Desarrollo Sostenible, señala la ONU, implica la mejora del uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información las comunicaciones, para promover el empoderamiento de la mujer.

 


 

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